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La historia que hacía falta

30/12/2002

En memoria de don Gonzálo Arronte

Cemefi brindó un homenaje Post Mortem al empresario y filántropo don Gonzálo Río Arronte.
Por haber sido un hombre emprendedor, que se forjó en la industria de la confitería con un espíritu generoso hacia las causas sociales, don Gonzalo Río Arronte (Post Mortem) recibió el “Reconocimiento al Compromiso por los Demás” 2002, un galardón otorgado por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), A.C.

¿Quién fue don Gonzalo Río Arronte?

Don Gonzalo, como todos lo conocían, nació en la ciudad de Puebla el 10 de enero de 1912. Debido al conflicto revolucionario, sus padres decidieron marcharse a San Antonio, Texas, donde vivieron aproximadamente cinco años, para después regresar a México.

Al concluir su educación básica, don Gonzalo decidió estudiar comercio en su ciudad natal. Antes de terminar su carrera, comenzó a trabajar como dependiente en la fábrica de dulces y chocolates La Perla, aprendiendo todos los detalles de la preparación industrial y comercialización de productos para confitería. Dos años después consiguió otro empleo como vendedor de dulces en La Palma, donde se distinguió por su energía y compromiso.

Al poco tiempo, don Gonzalo se esforzó por construir su propio negocio. Sin dejar de vigilar la producción, dedicó tiempo a la distribución de una amplia variedad de dulces, chocolates y caramelos bajo la marca Luxus. Siempre apoyó a la industria mexicana mediante la compra y utilización de artículos fabricados en nuestro país.

A los 35 años llegó a la Ciudad de México, donde compró un terreno en el norte de la ciudad para edificar una nave industrial para sus productos; arriba construyó las habitaciones para su familia. Con su trabajo arduo y constante logró enriquecerse, pero no utilizaba sus recursos para comprar artículos de lujo, prefirió destinarlos a quienes más los necesitaban.

Además, don Gonzalo realizó generosos donativos a un gran número de instituciones, siempre en forma discreta y silenciosa. Dotó de equipo médico de vanguardia a varios hospitales, como el Instituto Nacional de Cardiología, el Hospital General de Puebla, el Hospital General de Querétaro y el Instituto Nacional de Nutrición. En San Juan del Río donó un terreno para la Cruz Roja, y otro para edificar una escuela.

También brindó ayuda al Gobierno del Estado de Tabasco para una construcción anexa al Instituto Juárez. Al pueblo de Tequisquiapan le otorgó recursos para mejorar el mercado, el drenaje y las calles. En su ciudad natal donó el inmueble de la Universidad Autónoma de Puebla y reparó las avenidas. También la Universidad Autónoma de Querétaro y el Colegio La Salle de esta ciudad recibieron generosas donaciones de don Gonzalo.

Por otra parte, ayudó a Instituciones como la Fundación Mujer y Familia, La Casita de San Ángel, la Fundación León XIII, la Fundación Ama la Vida, Hogares Providencia, Cáritas Arquidiócesis de México, El Colegio de México, la Fundación El Manantial y la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, entre otras.

Después de un ataque cerebral, don Gonzalo hizo su testamento. En él especificó que después de su muerte todos sus bienes y dinero servirían para crear una Fundación con su nombre que llevara a cabo actividades filantrópicas.

Don Gonzalo Falleció en 1999 a los 87 años, después de haber trabajado arduamente con un solo fin: servir y dar a los demás. Partió esperanzado en que se podía lograr un México mejor, con menos carencias y más servicios. Fue un mexicano extraordinario y profundamente enamorado de su país, de sus costumbres y de lo que aquí se produce. Un hombre siempre dispuesto a ayudar, que nos dejó un maravilloso legado de humildad, compromiso y servicio.

HacesFalta Cemefi

 

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