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Por qué San Valentín no es sustentable y cómo cambiarlo

14/02/2019

Expok

El amor es, sin lugar a dudas, algo que vale la pena festejar, pero también es importante estar conscientes de las consecuencias ambientales y sociales del día más romántico del año.
Cuando compramos cajas de chocolates, ramos de flores, ropa y joyas en los días previos al 14 de febrero podemos pensar que estamos activando la economía, pero en realidad estamos participando en prácticas poco sustentables que afectan al medio ambiente y a la sociedad. La buena noticia es que no es necesario dejar de celebrar, sino simplemente dedicarle un poco más de tiempo a pensar en cómo hacerlo y qué productos consumir.

- Flores
Problema: el 83% de las flores cortadas (rosas, tulipanes, etc.) provienen de Holanda, Ecuador, Colombia y Kenia. Solamente en Holanda, se generan 35 mil kilogramos de dióxido de carbono al cultivar 12 mil rosas de tallo largo. Además, en algunas regiones la producción masiva de flores resulta en más daños para la comunidad que ganancias económicas, pues los químicos usados pueden dañar la salud y el agua que podría usarse para consumo se usa para regar los cultivos.

Solución: regalar flores es socialmente un símbolo de amor y admiración, y no es necesario acabar por completo con esta práctica. Pero, ¿por qué no mejor regalar macetas con flores, que generarán oxígeno y no morirán en unos días?, otra opción es olvidarse de lo tradicional y obsequiar flores locales cortadas del jardín, o compradas en algún vivero responsable que las certifique como de comercio justo y orgánicas.

- Tarjetas
Problema: según Hallmark, cada año se intercambian 141 millones de tarjetas conmemorativas del 14 de febrero. Eso equivale a más de 10,000 árboles si pensamos que cada tarjeta fuera solo una hoja. La industria del papel genera el 10% de las emisiones de carbono globales, sin contar con que seguramente la gran mayoría de estos millones de tarjetas acabarán en la basura y por lo tanto en vertederos.

Solución: enviar tarjetas virtuales o videos permite más creatividad y personalización. Por otro lado, simplemente comprar tarjetas realizadas con material reciclado a empresas locales o hacer unas con elementos que tengamos en casa continuará con la tradición de los regalos físicos sin tener un impacto significativo en el ambiente.

- Chocolates
Problema: el 40% del cacao usado en la industria del chocolate proviene de África Occidental, donde todavía no se han erradicado problemas de trabajo infantil, esto sin contar las toneladas de carbono que se producen al elaborar y movilizar los chocolates empacados.

Solución: comprar dulces y chocolates artesanales a productores locales, de preferencia con alguna certificación por ser orgánicos o de comercio justo. Nuestro país produce cacao de alta calidad y podemos aprovecharlo en estas ocasiones, sin tener que recurrir a los grandes corporativos.

- Restaurantes
Problema: en todo el mundo, sin excluir a México, el desperdicio de comida es un problema. En una fecha como San Valentín, las parejas salen a celebrar, generando basura, dióxido de carbono y desperdicio de alimentos.

Solución: una cena romántica en casa o una reunión con amigos. El menú puede constar de alimentos frescos y locales, mucho más ricos que aquellos que genera un restaurante al tope. Se puede complementar con vinos orgánicos.


Fuente: https://www.expoknews.com/

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