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Carta de despedida de un voluntario de Techo para sus amigos

24/09/2014

Cartas a mis amigos

Gustavo, voluntario de Techo durante un año, escribe esta carta a manera de despedida por la conclusión de su voluntariado.
Cartas a mis amigos; Esto es una despedida, pero no me voy.

Amigos,

La verdad, no sé por dónde empezar. Tomar esta decisión fue mas difícil de lo que pensaba, ya que TECHO ha sido un parteaguas en mi vida. Me atrevería a decir que hay un Yo antes de TECHO y un Yo después de TECHO, este lugar me ha dejado invaluables vivencias que no cambiaría por nada.

Me hizo conocer la realidad de nuestro país, una realidad que leía en los periódicos, pero que nunca había visto de forma tan cercana, hizo que me diera cuenta que los imposibles son posibles, entendí que trabajando en equipo podemos cambiar muchas cosas. Entendí que no estoy solo en esta lucha, que hay personas increíbles que comparten el mismo sueño; una sociedad mas justa y sin pobreza -aunque suene a cliché- que a pesar de las diferencias culturales, de edad, sexo e incluso de ideologías, cuando estamos en TECHO todas esas etiquetas se resumen a seres humanos trabajando de la mano por y con otros seres humanos.

Me atrevería a decir que el año que estuve como voluntario y en construcciones ha sido el mejor año de mi vida hasta ahorita, llevo en mi memoria a cada una de las familias con las que he construido, a cada voluntario con el que he trabajado, a cada niño o niña con quien he jugado y a cada uno de ustedes, porque durante estos meses me di cuenta que no habría construcciones, mesas de trabajo, ECOs, etc. sin un gran equipo como ustedes y sin cada uno de los voluntarios, de las familias y las empresas que colaboran con TECHO.

En este tiempo maduré en muchos aspectos de mi vida, tanto en el aspecto humano como profesionalmente, porque aquí me equivoque muchas veces pero esas llamadas de atención surgieron efecto. Pero quizás el aprendizaje más grande que me llevo es de los habitantes de las comunidades, que a pesar de lo poco que tienen se esfuerzan por compartir lo mejor de ellos, que a pesar de que son los que más trabajan, ellos te reciben con una sonrisa, un delicioso café de olla y la mejor comida del mundo. Porque en un fin de semana te vuelves parte de su familia y ellos se vuelven parte de nuestro equipo.

Todos esos dolores de espalda, ampollas, moretones, machucones, estrés crónico, etc, valen la pena por ver la sonrisa de mis familias, porque no hay comparación alguna como cuando Kevin -el niño de mi primera construcción- me dijo al entrar por primera vez a su casa “ya voy a poder brincar en mi colchón sin que se moje”. Por eso y por muchas cosas más vale la pena nuestro trabajo.

Cuando escucho números me parece difícil imaginarlo: en 8 años hemos pasado por TECHO más de 35 mil voluntarios, pero al llegar a comunidades para hacer descargas, a construir o a ver las mesas de trabajo, me doy cuenta de que no sólo somos nosotros los “voluntarios”. Son también las familias, los socios, las empresas y todos aquellos que han confiado en cada una de las personas que ha trabajado para, poco a poco, aportar algo para cambiar nuestro entorno y vivir todos en un lugar cada vez un poquito más justo.

Les agradezco a cada uno de ustedes el tiempo y paciencia que me tuvieron en las cosas que llegamos a trabajar y por hacerme sentir parte importante del equipo. No me voy para siempre de TECHO, aquí voy a seguir dando lata en mi tiempo libre y como voluntario en las construcciones, porque es una de las cosas que mas disfruto, y si en un futuro puedo aplicar en TECHO los conocimientos que adquiera en un futuro para mi será mas que un placer hacerlo. Quiero seguir apoyando y haciendo equipo, así que en lo poco o mucho que pueda ayudar lo haré con mucho gusto.

Y porque en TECHO más que amigos encontré una segunda familia…

Gustavo

Texto tomado de www.techo.org/paises/mexico/informate/cartas-a-mis-amigos-esto-es-una-despedida-pero-no-me-voy/

HacesFalta Cemefi

 

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