Voluntarios que platicaron con mi madre
- Autor/a
- Rogelio Rosas Solano
Es una historia de
Rogelio Rosas Solano
Acabo de leer algunas de las contribuciones que están en la página “haces falta” que tenemos de referencia. Obligan a la reflexión los casos que se presentan. ¿Cuál es el motivante que lleva a las personas a aportar tiempo de su tiempo, recursos económicos, vergüenzas y frustraciones? Entiendo a la persona que hace el comentario de la primera vez que se paró en la plaza a pedir.
Es una acumulación de sentimientos la que te asalta. Yo mismo lo he hecho por varias y diferentes causas y créeme que a todos nos hace falta pararnos a la salida de la iglesia o en los hogares vecinos, platicando y tratando de convencer a las personas de aportar a la causa en la que tú crees y piensas se deba apoyar. Esto, si lo haces, lejos de socavar tu autoestima, la fortalece, es necesario un rato de humildad para entenderte y entender a los demás.
El voluntariado criticado y mal reconocido muchas veces, contribuye no solamente a la causa por la que trabajas, sino que también contribuye hacia el interior de tu familia donde te revalúa, une y reafirma sus valores.
Pero, déjame platicarte de un grupo de voluntarios, un pequeño grupo de voluntarios que se apareció de repente en la casa y pidió permiso para platicar con mi madre, una anciana enferma que además perdía su fortaleza poco a poco, al estar conviviendo en la diaria rutina del hogar, platicando de lo mismo y aburriéndose de lo mismo.
Estas personas pidieron permiso de platicar con mi madre, éso solamente, permiso para platicar.
No son testigos de Jehová, ni cristianos ni lo que pudieras pensar, son amas de casa, señores de la tercera edad, que hacen solo eso, platicar y hacer platicar al anciano enfermo.
Creeme que el efecto sobre el ánimo de una persona mayor, de tener a alguien con quien quejarse, comentar, reír o criticar, trabaja mejor que los antidepresivos y ayudas psicológicas que pudieras encontrar. Cambio en el ánimo, ratos de alegría y la pregunta sincera ¿Cuándo vuelven? ( Y sí vuelven), Es lo que encuentras con sorpresa. Reconforta saber y ver que hay personas que sin otra motivación que la de ayudar, encuentran en una actividad de voluntariado una razón, una satisfacción y un reconocimiento de gratitud.
El ser humano parece ser un ser de reacciones mas que de acciones, necesitamos a veces un efecto traumático para impulsarnos a algo. Los niños de cristal, la ayuda al niño quemado, la asociación de familias con hijos desaparecidos, responden a éste tipo de comportamiento. Familias que reciben un golpe de la vida y que los llevan a entregarse en la ayuda a seres que viven y sufren juntos de lo mismo. Esta es la clase de gente que trabaja en el voluntariado, héroes de todos los días, santos de todas las edades.
Al grupo de “Platicar con los ancianos” que sin mayor organización, sin promoción o ayuda trabajan, el agradecimiento no solamente de los ancianos que reciben el beneficio de su visita, sino de todos nosotros, las personas que sienten y resienten el noble valor de su trabajo.