Historias de Voluntariado


"Lo mío fue coser y cantar"

Autor/a
Thais Andrade Galán
País
España

Es una historia de Thais Andrade Galán

La verdad es que es una mezcla, un poco de todo: motivos personales, laborales, sociales y de formación. Antes de terminar magisterio de lenguas extranjeras, ya estaba planteándome el reto de pasar un año en el extranjero para perfeccionar el idioma, pero el programa Servicio de Voluntariado Europeo me ofrecía la posibilidad de hacerlo dentro de un proyecto que además me aportaba experiencia laboral en mi campo a cambio de mi tiempo como voluntaria en actividades para la comunidad. Me parecía que todo era positivo para todos. Durante la Escuela de Verano de Voluntariado que se desarrolló en Mantiel (Guadalajara) en agosto de 2001, una de la sesiones de formación fue sobre el SVE, entonces yo tenía 21 años, lo justo para terminar mi carrera y tratar de incorporarme como voluntaria. El verano pasado después de los exámenes me acerque a la Oficina Regional de Voluntariado, rellene mi ficha como voluntaria y después de eso me ayudaron a buscar el proyecto que más se adaptaba a mi perfil, el proyecto en el que más pudiera ofrecer como voluntaria y el resto ya es presente, ya que estoy en estos momentos en pleno SVE en Leeds (Inglaterra) y aún me quedan 6 meses. La verdad es que conociendo lo que han pasado algunos voluntarios lo mío fue coser y cantar. El país era lo de menos, pero cuando leí la descripción de mi proyecto no podía pensar en otro que no fuera ese. La carta de motivación es muy importante para la organización de acogida y también que muestres mucho interés por el proceso de selección, hablé con ellos para preguntarles cómo iba todo varias veces, hasta que al final me cogieron, la verdad es que el currículo también ayuda y yo había trabajado de voluntaria con niños desde los 16 años. Sinceramente, antes de lo que tenía pensado estaba en el aeropuerto con la maleta más grande que he hecho en mi vida. Mi proyecto es en un colegio de educación primaria, The Thorner School en Leeds. Otra voluntaria finlandesa y yo ayudamos a los profesores dando apoyo a los niños en sus tareas educativas. Otra parte de nuestro trabajo allí, consiste en que los alumnos tomen conciencia de las diferencias culturales llevando a cabo diversos talleres en los que introducimos formación sobre interculturalidad a través de juegos, manualidades, clases de idiomas… A parte de mi trabajo en el colegio, Eveything’s Posible, la asociación de acogida, nos ofrece la oportunidad de trabajar en otros proyectos para la comunidad. Yo estoy en un grupo de información para jóvenes desfavorecidos y ahora estamos preparando un intercambio juvenil. El Capital Futuro es una gran oportunidad para seguir trabajando en algo tan gratificante. A través de esta posibilidad de participar en esta iniciativa individual para exvoluntarios que el programa Juventud ofrece, tengo la oportunidad de desarrollar un proyecto a mi medida utilizando la formación aprendida durante mi experiencia, con la seguridad que me da el apoyo de las personas que han estado envueltas en el proyecto. Lo difícil ahora es seleccionar la mejor idea entre todas las que tengo y por supuesto conseguir que finalmente aprueben mi proyecto. Destaco de mi experiencia actual el reto que supone ir a vivir a otro país en el que no conoces a nadie y no sabes como van a ir las cosas. No lo digo por experiencia personal, yo hace tiempo que perdí el miedo a la incertidumbre, pero es asombroso cuando lo ves en tus compañeros y como se superan a sí mismos cada día dando todo lo mejor, esa es la mejor motivación para seguir haciendo lo imposible por los demás en una Europa en la que todos convivimos. www.jccm.es/voluntariado/revista

 
 

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