Historias de Voluntariado


Mi Trabajo Voluntario con Niñas Bolivianas

Autor/a
Eva Neher
País
Alemania

Es una historia de Eva Neher

¿Por qué Bolivia? Realmente no sé. Algunas cosas pasan por razones desconocidas. Antes de venir a Bolivia viví un año en España. Regresé a Alemania sin trabajo ni propósito. Yo sabía que quería trabajar en mi profesión como trabajadora social y que quería ir a Sudamérica por el idioma y por la cultura. Finalmente, con mucha suerte, en internet encontré Nuestros Pequeños Hermanos. Después de una entrevista con la oficina de Alemania, ellos enviaron mi solicitud a Bolivia y pronto recibí una invitación a dar aquí un año de trabajo voluntario. Mi conocimiento de la cultura, la vida, la gente y sus costumbres era muy limitada. Afortunadamente el idioma no fue problema. Llegué a Santa Cruz en abril, sin grandes expectativas. Recibí una bonita bienvenida de los niños y el personal. Me dieron muchos abrazos y besos y me enseñaron la casa, que es muy acogedora. Esta casa es relativamente pequeña, con sólo 43 niños. En pocas semanas conocí a los niños, su vida diaria, las oficinas y a los miembros del personal. Trabajo como encargada, o tía de las niñas más grandes. Mi cuarto está junto al de ellas y compartimos el baño. Cada mañana levanto a las niñas y encuentro al chofer que las llevará a la escuela, pero una mañana él estaba enfermo, así que tuve mi primera oportunidad de conducir aquí. ¡Qué aventura! Con todo el tránsito, fue un paseo emocionante. Las reglas que conozco no existen aquí. Autobuses, taxis y grandes autos siempre tienen derecho de vía, o al menos así lo creen. Los semáforos no están muy visibles, así me pasé algunos. Las calles tienen muchas curvas y son muy peligrosas. ¿Por qué? No lo sé, excepto que hay demasiados autos y muy pocas reglas. Llegamos detrás de un autobús lleno de niños, cuando se soltó la alarma. Todos nos veían y estaban evidentemente molestos por el ruido. "¿Dónde está el botón para apagarla?" Todos lo buscábamos pero no podíamos encontrarlo. ¡Qué vergüenza! Pensé que jamás volvería a conducir aquí. Cuando otra tía llegó 40 minutos después con la llave de la alarma, todos estábamos sordos, pero dimos un suspiro de alivio. Después de ese día, todos me conocieron como la nueva chofer de los niños de NPH y supe cómo enfrentar el tránsito - conduciendo como boliviana. http://www.nphbolivia.org/ Nuestros Pequeños Hermanos International Al cuidado de niños huérfanos y abandonados en Latinoamérica y el Caribe desde 1954.

 
 

OPORTUNIDADES

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