Historias de Voluntariado


Por amor al arte y arte por amor…

Autor/a
NORMA ESCUDERO JIMÉNEZ
País
México

Es una historia de NORMA ESCUDERO JIMÉNEZ

Mi experiencia como voluntaria…, qué puedo decir al respecto: Las experiencias que tuve en la adolescencia realizando servicio comunitario y diferentes labores voluntarias con los scouts y con mi familia son algunos de los más gratos y valiosos recuerdos que atesoro en mi memoria. En el grupo de deportistas especiales Súper Estrellas de Ecatepec fue poco el tiempo pero grato en general. Lo que me resulta difícil de describir es mi experiencia en La Casa de la Sal (México DF) institución dedicada a proporcionar atención y ayuda a personas que viven o conviven con el VIH. Llegue a diferencia de muchas de las personas que ahí conocí sin buscarlo, por invitación de la coordinadora de la Clínica psicológica, solo para dar un taller de verano con Danza Terapéutica a los niños que acuden a uno de los programas de atención externa, quise conocerlos antes para diseñar algo adecuado a sus necesidades, así que inicie mi labor asistiendo a una chica que realizaba un taller con ellos para su tesis meses antes del verano. Deje de ver a los niños unas semanas antes del verano, tiempo en el que se sumaron algunos pequeños más al grupo. Llego el verano se realizo el taller y al concluir no pude dejarlos, y la institución no contaba con una persona que tomara el grupo, así que tome de alguna forma en mis manos la realización de las Sesiones Psicoeducativas infantiles, tiempo después llego otra chica a apoyarme. Un par de meses también asistí a trabajar con las adolescentes del Centro Infantil una vez por semana al igual que en la Clínica. Poco más de un año después de mi llegada a la institución por motivos personales tuve que decirles adiós. Hoy no tiene ni un mes de la última actividad con los niños y sus familias, ni con el equipo de la clínica, pero los tengo presentes a cada instante ya que creo que ellos me dieron mucho más de lo que yo pude haberles dado. Mi principal trabajo fue con los niños y con el equipo de Sesiones Psicoeducativas (S PE) pero el contacto con cada persona en ese lugar fue dejando algo en mi, cosa que les agradezco infinitamente, en especial a las familias asistentes al programa de Escuela para padres y S PE. Lo que aprendí de ésta experiencia es que: “el arte y el AMOR hacen milagros”. El amor por la vida, el amor por el trabajo y las cosas que haces, el amor por quienes te rodean, el amor a ti mismo y a las cosas en las que crees. Y definitivamente el arte de vivir es el más complicado pero también el más grato de todos los artes. Se debe disfrutar cada instante no como el último sino como el único. Y si tus pasos han dejado cuando menos una pequeña huella ha valido la pena el andar. Debemos poner la semilla y regarla para tener el mundo que queremos cosechar para nosotros y para quienes amamos.

 
 

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