El voluntariado da vida a las aspiraciones más nobles del ser humano
- Autor/a
- Saúl Trejo González
Es una historia de
Saúl Trejo González
Mi voluntariado empezó recientemente en el mes de Noviembre del 2002 cuando recibí una invitación para formar parte de ADRA México, en este breve tiempo mi experiencia adquirida a sido satisfactoria.
Mis actividades en esta organización a través de estos meses han consistido en la actualización de su página de Internet, creando un espacio con una interactividad y rapidez de conexión. A través de estas actividades he conocido el eje importantísimo de la misión de ADRA México que consiste en ayuda comunitaria en casos de desastre; labor que me deja con un buen sabor de boca, ya que mi trabajo me da la oportunidad de informar al mundo vía Internet las cosas tan importantes que se hacen para mejorar nuestro México, esto, al día de hoy, es lo que me da cuerda para seguir con mi trabajo de voluntariado. He tomado conciencia de que este trabajo sirve como factor de cambio para mejorar mi país y sobre todo, para ser mejor persona.
El voluntariado es una parte fundamental para enriquecer una sociedad, le da vida a las aspiraciones más nobles del ser humano, es un camino por el cual los valores comunitarios pueden ser mantenidos y reforzados; los individuos pueden ejercer sus responsabilidades como socios de instituciones, mientras que aprenden y enriquecen sus vidas, dándose cuenta de su gran potencial humano; y que asimismo, las relaciones personales pueden coexistir, aun surgiendo diferencias, de esta manera se va forjando la convivencia y por lo tanto a través del trabajo en conjunto se pueden aportar soluciones nuevas a retos comunes
Cuando uno comparte el esfuerzo, los sentimientos y de algún modo las razones de aquellos con quienes actuamos. Es cuando percibimos que existe una relación que va mucho más allá a la que se podría esperar por alguna retribución. Guiados por el respeto a nuestras diferencias y al interés en nuestras distintas realidades existe la posibilidad de lograr una vinculación humana que potencia el crecimiento de todos los participantes.
Para finalizar me gustaría agradecer especialmente a el Pastor Rafael García por invitarme a participar en tan grande experiencia y haberme brindado la oportunidad de formar parte de ADRA México, ya que ha sido y seguirá siendo una experiencia de aprendizaje y ayuda maravillosa.
