Historias de Voluntariado


¡Los invitó a buscar una oportunidad!

Autor/a
Ma. Eugenia Ramírez España de Guajardo
País
México

Es una historia de Ma. Eugenia Ramírez España de Guajardo

Mi primera inquietud de servicio la tuve a los 16 años. Unas amigas y yo pensamos que podíamos ayudar a los enfermos en el hospital general, compramos nuestro delantal rosa y nos presentamos. ¿A donde creen que me enviaron en esa mi primera experiencia de voluntaria? A la sala de quemados, ¿saben cuando regresé? Nunca. Esto nos dice lo importante que es saber tratar a los voluntarios, afortunadamente en el sector hoy en día ya estamos mucho más informados sobre este tema. Muchos años después viviendo en Monterrey me invitaron a participar en la Asociación Gilberto, N. L. donde trabajaban de manera muy estructurada, fue para mi una buena experiencia. Habían pasado dos años de estar colaborando en esa institución, cuando invitaron a mi esposo a trabajar como Director de Bancomer y nos regresamos a vivir a la ciudad de México. Al poco tiempo de estar en estar aquí me llegó la información de que el entonces Director de Recursos Humanos, había decidido sin consultar, cerrar un Centro de Voluntariado del Banco en la delegación Contreras, donde 35 voluntarias estaban muy tristes porque ya no podían impartir sus clases. Para ese entonces, yo ya sabía el valor y la importancia de contar con este gran recurso humano, por lo que me puse a investigar y sentí una gran responsabilidad social en luchar para que se volviera a abrir y así fue que, gracias a que a veces la vida nos coloca en posiciones que nos permiten ser escuchadas por las personas que toman decisiones, el voluntariado se volvió abrir y no solo eso, Guille Rivero su actual coordinadora, me sugirió hacerlo a nivel nacional y así es como hoy existen 24 centros educativos integrales de la Fundación Bancomer en el país, en donde las satisfacciones para muchísimas voluntarias han sido inmensas. Mi primer pensamiento estuvo orientado hacia el bien que se podía lograr en las comunidades donde hemos establecido los centros y lo que realmente he descubierto, es que la mayor riqueza la han adquirido las voluntarias. Muchas de ellas nos han expresado el crecimiento personal que han tenido, ya que al salir de sus casas y han necesitado prepararse, aprender, compartir sus habilidades y conocimientos, relacionarse con muy diferentes tipos de personas. En fin han tenido que superarse. Otras aunque tengan un trabajo remunerado, también se han dado tiempo para participar ya que han descubierto la gran satisfacción que se obtiene al dar tiempo por los demás. Nunca se me olvidará cuando en Morelia, una señora que se acercó para agradecernos el poder estar en una clase de alfabetización, porque, “antes era la última en la fila para recibir las calificaciones de mi hija, ya que no sabía firmar y ahora soy de las primeras,” Aurelia no solo aprendió a leer, sino elevó ampliamente su autoestima. ¿Se imaginan lo que sintió la maestra que la enseñaba y todos los que estábamos involucrados?, ¡Ese es el pago de una voluntaria!. Estoy convencida que el voluntariado puede dar un especial significado a la vida de muchas personas y el transmitir esta idea, puede invitar a las personas a que se sumen a diferentes causas, más teniendo la posibilidad de poder hacerlo a través de esta importante página, los invitó a buscar una oportunidad.

 
 

OPORTUNIDADES

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