Dialogar y descubrir la experiencia de ser voluntario
- Autor/a
- GUSTAVO GALLO MUÑOZ
Es una historia de
GUSTAVO GALLO MUÑOZ
Para mí es muy importante que los niños de México reciban la educación y en especial los indígenas que por vivir en un medio de difícil acceso y en condiciones precarias, valoran más la educación.
Cuando tuve frente a mi a más de veinte criaturas de entre 6 y 15 años no sabía que hacer. Pensaba que no podría darles clase, que tal vez me equivocaría, pero afortunadamente salí adelante. Yo di clases de computación en una comunidad de la Sierra Tarahumara en Chihuahua.
Se viaja en camión desde la Ciudad como 6 horas hasta Guachochi después se transborda y son como 4 horas más hasta la comunidad de Aboreachi Batopilas por cerros y barrancas.
Uno viene sin conocer y a pesar de que estaban muy feos los cerros no me di por vencido y siempre con el espíritu de ayudar seguía y seguía hasta llegar.
La gente de por estos lugares es muy noble y te apoyan mucho, recuerdo que comía en una casa diferente cada día ya que así se acordó que sería.
Aunque eran familias unidas dan todo por compartir contigo. No existe ninguna envidia y a diferencia de las grandes ciudades no hay ningún egoísmo de su parte.
Estuve viviendo por dos años con ellos y cuando terminé mi servicio no quería regresar porque uno se enamora del lugar. Pero el servicio terminó y regresé a la Cd. De Monterrey.
Solo espero algún día volver por aquellos lugares y continuar con mi labor humanitaria.
