Historias de Voluntariado


Un año de Voluntariado en EZER

Autor/a
Nicolas Martinez Pantoja
País
México

Es una historia de Nicolas Martinez Pantoja

Desde niño siempre he disfrutado y gustado por ayudar o tratar de ayudar a los demás, desde hacer la tarea en equipo con mis amigos los mas revoltosos hasta ayudarlos dejando que se copiaran de mi en los exámenes, bueno, esa ayuda no era la mejor pero en ese entonces la amistad hacia que uno les diera una manita, pero siempre había la intención de ayudar al mas necesitado sin importar la magnitud de la obra, por grande o pequeña que fuera la obra uno siempre estaba ahí, algunas veces decía… “yo y mi gran bocota” pero eso era lo que me dictaba el corazón y como del corazón solo nacen y salen las cosas buenas y nobles creo que no he hecho mal en seguir mis impulsos de estar donde uno debe de estar… en la necesidad… En mis últimos 12 años la he hecho de Santa Claus cada navidad, el ver la felicidad de los demás, chicos y grandes, me regala tanta felicidad sin pretenderla, la vocación de servicio siempre ha estado ahí, pero todo cambio hace aproximadamente un año… El día en que puse un pie en la Fundación EZER, a la cual pertenezco como voluntario fue el inicio de una experiencia que no tiene igual ni fin, el poder hacer felices a los niños, niñas, jóvenes y adultos, personas con capacidades especiales… es lo mejor que la vida me ha dado… A través de EZER pude conocer los lugares donde uno se adentra y acerca a quien mas necesita, en estas instituciones uno cumple un papel muy importante para todas estas personitas hermosas, con el simple hecho de estar a su lado un momento, por escucharlos, por bromear, por bailar, y compartir los alimentos… uno se convierte de pronto en alguien especial para ellos. Mi propuesta ha sido muy simple, hacerlos sonreír. Los instrumentos que he utilizado han sido muy sencillos: Desde un dulce, una ropita, un CD pirata, un pastel de cumpleaños, papel y colores para dibujar, una sonrisa, un saludo actual, un abrazo, un beso, un “que gusto verte”, ¿como te ha ido en la escuela?, una buena condición física para cargar dos niños a la vez, eso y unos oídos para escuchar y unos buenos consejos de la vida para dar… Ah pero lo más importante… es la ayuda de Dios y de mis grandes amigos que siempre están ahí para apoyar mis proyectos. Con estos simples ingredientes uno se vuelve parte importante de sus vidas, que hace que a uno lo vean como su amigo, su tío, su padrino y su Papi. Por eso seguiré tratando de ayudar siempre que pueda porque entiendo que el ser compartido es una manera de ser un mejor ser humano, y sin pretenderlo, el ayudar al prójimo hace que nuestros problemas se minimicen en gran medida. Agradezco a Ezer su apoyo a través de la capacitación que nos brindan para poder ser mejor cada día en nuestro trabajo de voluntariado... Pero mas agradezco a Dios por permitirme hacer felices a los demás.

 
 

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