Mi vida como voluntaria ha sido rica.
- Autor/a
- Susana Barnetche
Es una historia de
Susana Barnetche
Mi vida como voluntaria ha sido rica, en todos los sentidos; sin embargo, para ser más concreta, comentaré de la experiencia que me llevó a ser voluntaria.
Recién casada, acudía semanalmente a los puestos en que se compraba, desde la casa materna, todo el mandado semanal. Entablé una relación cálida y afectiva con sus dueños, que eran padre e hijos de una familia.
En cierta ocasión, extrañé encontrarme con los dos puestos, uno de fruta y el otro de verduras, cerrados. Y varias semanas sucedió lo mismo.
Al cabo de algún tiempo, finalmente regresó Chuy, el hijo mayor, a quien pregunté el por qué de la ausencia y me platicó que a su papá lo habían asaltado en La Merced y ellos habían estado apoyándolo, pues se batía entre la vida y la muerte.
Comentó que estaban seriamente considerando vender los puestos para cubrir las deudas en que habían incurrido para pagar los gastos médicos.
Esta situación me preocupó, pues si tomaban esta decisión, toda la familia se vería afectada y no tendrían medios para sostenerse; fue entonces cuando decidí sumarme a la lucha.
Inicié una rifa que daría como resultado una buena suma de dinero e invité a cuanta persona se cruzaba en mi camino a participar, explicándoles la causa. No encontré oposición, puesto que la motivación era bien válida.
Al reunir el total de la rifa (ya no recuerdo cuánto) me sentí muy satisfecha de mi acción y sobre todo, de los resultados obtenidos; esta familia logró salvaguardar su fuente de ingresos y salvar al padre, con un mínimo esfuerzo de mi parte y una participación económica más reducida aún, por parte de todos los que compraron boletos.
Pero me quedaba una tarea pendiente.... Después de esto, ¿qué voy a hacer?
Entonces vi. varias películas de crítica urbana, como Mecánica Nacional y me cupo el gusanito de que de nada servía que yo conociera esa realidad si no hacía nada por mejorarla; justo entonces, recibí una invitación para conocer Renovación (Renovación, Unión de Fuerzas, Unión de Esfuerzos, A.C.), que pensando que se refería a una corriente religiosa, dije no en automático.
Al explicarme de qué se trataba, decidí acceder a la invitación y me encontré con la maravillosa posibilidad de servir; por aquel entonces, mis hijos tenían menos de cinco años y ya iban a la escuela.
Viendo la gran diferencia que existía entre lo que recibían mis hijos y lo que se ofrecía a los niños de Renovación, decidí orientar mis energías a buscar que esas criaturas gozaran de los mismos privilegios que Jesús y Julio.
Esa ha sido mi motivación desde 1974 y la que me mantiene como voluntaria, luchando contra la marginación y ofreciendo a esta comunidad alternativas para una vida digna y productiva.