Desintoxicación
- Autor/a
- Ana Ma. Melchor
Es una historia de
Ana Ma. Melchor
Soy comerciante, la mayor de 6 hermanos. Acostumbrada a valerme por mí misma y a estar siempre activa; un tanto egocéntrica y perfeccionista.
Me casé con un noruego y ahí fué mi primer contacto oficial, con este sistema de vida. Ahí prácticamente todo mundo participa como voluntario. Es un país muy filantrópico.
Nosotros vivimos tiempo compartido en los dos países. Cuando estaba en México, no tenía tiempo de pensar en el voluntariado. Aunque tenía una rara sensación, como si me faltara algo, pero no le daba importancia.
Nunca pensé que sería mi tabla de salvación un día. En esta ocasión cedimos los derechos del negocio a un hermano mío, así que yo quedé sin ocupación. No hicimos un buen arreglo, así que yo sentí que mi propio hermano me había despojado de mi negocio.
Estaba " intoxicada " de malos sentimientos y resentimientos. Me sentía defraudada, sentía que había fracasado. Tengo 2 hijas adolecentes, así que me quedaba mucho tiempo libre, tiempo que yo utilizaba en regocijarme interiormente (de manera inconsciente) en mi dolor y desilución.
Pero surgió la oportunidad de colaborar en un proyecto comunitario. Agradezco mucho a la persona que de tan buen grado aceptó mi colaboración, sin conocerme y que me ha hecho sentir que mi labor es valiosa.
Eso me ayudó a sentir renacer la confianza en mí, y en las demás personas. Otra vez vuelvo a confiar. He recuperado mis sueños. Ahora siento que puedo comerme el mundo, yo sola. Ya no guardo rencor a mi hermano, al contrario, agradezco a Dios, que me ha permitido conocer una experiencia tan grande y gratificante, como esta.
Cuando uno sufre, el dolor se aminora al compartir con los demás.