Historias de Voluntariado


Las Mieles del Voluntariado

Autor/a
Susana Barnetche
País
México

Es una historia de Susana Barnetche

Susi Barnetche y los niños de Renovación.
He sido voluntaria oficialmente desde 1974, pero creo que he sido voluntaria desde niña, porque desde que estaba en la primaria regresaba de la escuela y me ponía a trabajar con las sirvientas de mi casa, les pasaba mis lecciones y hacíamos la tarea juntas. Un poquito lo hacía jugando a la escuelita, pero también porque yo decía ‘bueno ellas se quedan aquí boleando mis zapatos, planchando mis delantales, haciendo mi cama, etcétera, y yo estoy en la escuela y ellas por qué no’. Posteriormente tuve muchas otras oportunidades. Mi papá era Jefe de manzana de la Cruz Roja y yo siempre participé con él en las colectas. Decía mi papá que le encantaba ir conmigo porque a una niña tan linda no le podían decir que no. Otro evento que me marcó fue la Guerra de Korea. Cuando estudiaba, nos pedían que nosotros juntáramos timbres y vendiéramos boletos para las misiones que iban a la Guerra (por eso me entusiasma muchísimo ir en representación de México a la Conferencia Mundial del Voluntariado de la Asociación Internacional para la Promoción del Voluntariado en Korea). Pero mi vida como voluntaria se consolidó en Renovación, A.C. Todo comenzó después de que vi las películas “Mecánica Nacional” y “México, México, Ra, Ra, Ra”. Para mí fue un descubrimiento, porque yo tenía una imagen de pobreza, muy pobre. Consideraba que los pobres eran las sirvientas de la casa, pero cuando vi eso me pregunté y yo qué voy a hacer para remediarlo. Estaba con ese cuestionamiento cuando mi hermana Julieta me invitó a participar en Renovación. Al principio pensé que se trataba de “La Renovación del Espíritu Santo”, pero al aclararme que se trataba de un trabajo por la comunidad marginada de las Águilas, acepté. Entonces mis hijos estaban chiquitos así que me propuse llevarle a los niños de Renovación, los privilegios de los que gozaban mis hijos siendo “niños Montessori” . Entré en 1974 y actualmente soy la directora general de la Escuela y coordinadora general de la administración. El voluntariado como el que yo practico en significa participar en los procesos de felicidad, de desarrollo y crecimiento personal. Es saber que valiste la pena, porque tu vida no está centrada en ti misma. Si hubiera tenido la curiosidad de ir contando las almas que he tocado, realmente la más afortunada soy yo. Para mí han sido miles de oportunidades y eso no tienes con qué valorarlo, eso es algo realmente afortunado, es un privilegio. Siento que el voluntariado si ha tocado el corazón de los seres humanos y que todos los que hemos probado las mieles del voluntariado, queremos compartir nuestra experiencia y que conozcan la satisfacción de hacer el bien. Yo creo que todos tenemos algo que dar, nada más es cuestión que descubras en dónde puedes ayudar, pero muchas veces no es otra cosa más que darte la oportunidad de escuchar, de sonreír.

 
 

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